Un hecho sin precedentes sacudió la política indígena y social del departamento de Córdoba durante la Convención Departamental del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), celebrada este 25 de octubre en el municipio de Momil.
En medio de la sesión, el concejal de Montería, Moisés Licona, designado como presidente de la Convención Departamental, protagonizó un episodio de irrespeto y autoritarismo al mandar a callar al presidente nacional del MAIS y exsenador de la República, Dr. Luis Evelis Andrade Casamá, justo cuando este intentaba intervenir para pedir la corrección de un procedimiento en el desarrollo del evento.
Testigos presenciales relataron que el presidente nacional, visiblemente indignado, dejó constancia formal del hecho ante los asistentes, lamentando la actitud grotesca, irrespetuosa y arrogante del concejal Licona, quien “pisoteó con soberbia más de cuarenta años de historia y trabajo social y político al servicio de los pueblos indígenas y del país”.
La convención departamental, convocada para elegir el nuevo Comité Ejecutivo Departamental del MAIS en Córdoba, estuvo marcada por irregularidades procedimentales y denuncias de manipulación interna, según consta en actas y constancias suscritas por los delegados.
Durante el proceso de elección, el concejal de Sahagún, Alexander Herrera Bula, presentó una única plancha encabezada por José Libardo Tapiero, pero el presidente de la convención no sometió la propuesta a votación formal. En su lugar, declaró aprobada por unanimidad la plancha, argumentando que, al no existir otra, “se entendía que todos habían votado afirmativamente”, lo que viola abiertamente los principios de democracia interna y transparencia establecidos en los Estatutos del MAIS y en la Ley 1475 de 2011.
Además, varios asambleístas denunciaron que no se les permitió intervenir ni ejercer su derecho a voz y voto, situación que ha generado inconformidad entre las bases del movimiento en Córdoba.
Ante estas anomalías, el dirigente indígena Leyder Domicó, representante del pueblo Emberakatío, en ejercicio de sus derechos políticos y como delegado acreditado, interpuso formal impugnación contra el proceso electoral departamental, invocando el artículo 45 de los Estatutos del MAIS, que establece los mecanismos de impugnación y el papel garante del Consejo de Control Ético.
La impugnación busca que se declare la nulidad de la elección del Comité Ejecutivo Departamental de Córdoba, se investiguen las actuaciones del presidente de la convención, el soberbio Moisés Licona, y se convoque una nueva elección democrática, con garantías de participación, transparencia y respeto por los principios fundacionales del movimiento.
El episodio ha generado profundo malestar entre dirigentes nacionales e históricos del MAIS, quienes ven en este hecho una señal preocupante de intolerancia y pérdida de respeto por la jerarquía y la trayectoria de los líderes fundadores del movimiento.
“Jamás, en toda la historia del MAIS, se había visto que un concejal irrespetara públicamente al presidente nacional del partido”, expresó uno de los asistentes, que pidió reserva de su nombre. Por su parte, líderes indígenas de distintos resguardos anunciaron que respaldarán la impugnación presentada y que no reconocerán la validez de los resultados hasta tanto se pronuncie el Consejo de Control Ético y la Dirección Nacional del MAIS.
El incidente ocurrido en Momil la tarde anterior no solo revela tensiones internas dentro del MAIS, sino que pone sobre la mesa la necesidad de reafirmar los principios de respeto, diálogo y participación que dieron origen al movimiento. Para muchos, la escena de un concejal mandando a callar al presidente nacional representa un punto de quiebre moral que el partido deberá resolver con altura política y ética.
Según los asistentes al evento del partido MAIS, la actitud de Moisés no es más que la arrogancia de un pelado que ostenta la credencial de concejal de Montería por obligación de su padre, el funcionario de la Gobernación de Córdoba, Henry Licona.