La noche del 17 de noviembre en Cartagena marcó un hito para Córdoba: después de 38 años, el departamento volvió a entrar al top 5 del Concurso Nacional de Belleza. Marta Isabel Otero, su representante, fue coronada como segunda princesa tras una participación que deslumbró por su elegancia en pasarela, seguridad en la ronda de preguntas y una respuesta que arrancó aplausos masivos del público. Su desempeño, impecable de principio a fin, la posicionó como la favorita de muchos, que la vieron brillar con fuerza de reina, más allá del veredicto final.
Córdoba avanzó con fuerza desde el top 10 hasta la corte real, compartiendo escenario con candidatas de Valle, Atlántico, Bolívar y Chocó. La expectativa creció cuando Otero, odontóloga de profesión y modelo por vocación, respondió con claridad, empatía y seguridad ante el jurado. Su desempeño fue celebrado en redes como uno de los más sólidos de la noche, lo que avivó la sensación de que la corona mayor estaba al alcance.
Sin embargo, el resultado final dejó a Córdoba sin el título de Señorita Colombia, lo que desató una ola de comentarios que cuestionan los criterios del jurado. En Montería y otras ciudades del Caribe, la indignación se mezcló con orgullo: “no ganó, pero nos representó como reina”, fue una de las frases más repetidas. En plataformas digitales, el nombre de Martha Isabel Otero se volvió tendencia, no por el título oficial, sino por el cariño popular.
Aunque la corona no llegó, Córdoba se llevó algo más difícil de conquistar: el reconocimiento nacional y el respeto de quienes vieron en su candidata una mujer preparada, elegante y auténtica.
