Carlos Miguel Salas Cantillo, un joven ingeniero civil de 22 años, perdió la vida la mañana del viernes 26 de diciembre mientras viajaba en un bus de transporte público en Barranquilla. El muchacho se dirigía a su trabajo cuando recibió una llamada que le informaba del fallecimiento de su abuelo paterno, quien llevaba varios días hospitalizado tras sufrir una isquemia cerebral.
Según testigos, Carlos comenzó a sentir un fuerte dolor en el pecho y dificultades para respirar. Los pasajeros intentaron auxiliarlo y lo bajaron del vehículo frente al Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, pero pese a los esfuerzos de los ciudadanos y la rápida llegada de paramédicos, no lograron salvarle la vida.
Este hecho deja a una familia sumida en el dolor, el joven y su abuelo murieron con cinco minutos de diferencia. Mientras el joven se desplomaba en la vía, su abuelo fallecía en una clínica de Santo Tomás, hecho que incrementó la conmoción y el dolor entre sus seres queridos.
Carlos será recordado como un joven trabajador, servicial y querido por muchos, que adoraba a su abuelo y tenía grandes sueños por cumplir. Su partida, coincidiendo trágicamente con la de su ser más querido, ha estremecido a la comunidad, generando una ola de mensajes de solidaridad y despedida en redes sociales.
