En el Cauca se encendieron las alarmas tras la entrega de Anderson Andrey Vargas, alias Kevin, uno de los jefes más cercanos a Iván Mordisco en las disidencias de las FARC. El cabecilla de la estructura Carlos Patiño decidió dejar las armas y entregarse al Ejército en una licorera de El Bordo, donde llegó acompañado de su fusil. Según confirmó el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, hoy está colaborando con la Fiscalía, lo que abre la puerta a revelaciones de gran peso.
Alias Kevin llevaba 16 años en la guerra y tenía una recompensa de más de 1.600 millones de pesos por su cabeza. Su desmovilización se logró gracias a la presión de la operación Perseo en el cañón del Micay, que venía cercando a las disidencias en el suroccidente del país. Incluso, el presidente Gustavo Petro calificó esta entrega como uno de los golpes más estratégicos contra ese grupo criminal.
Aunque todavía no se conocen los detalles de la información que está entregando, fuentes judiciales aseguran que lo que diga Kevin podría salpicar no solo a otros cabecillas, sino también a civiles y militares. De hecho, en Cauca ya existen investigaciones abiertas contra oficiales por presuntos nexos con grupos armados, lo que hace que la colaboración de este excomandante disidente tenga el potencial de destapar una verdadera caja de Pandora.