Un video que circula en redes sociales ha causado profunda indignación en Piedecuesta, Santander. En las imágenes, captadas por una cámara, se observa a una mujer de la tercera edad que, bajo el pretexto de llevar la comunión a otra adulta mayor, ingresa al hogar con aparente devoción religiosa. Sin embargo, mientras conversa con la residente, sustrae discretamente dinero en efectivo, aprovechando la confianza que le brindaba su rol espiritual.
El hecho ha sido calificado por la comunidad como un abuso imperdonable a la fe y la vulnerabilidad de las personas mayores. “Es lamentable que alguien use la religión para aprovecharse de una anciana indefensa”, expresó un vecino del sector, visiblemente molesto. La implicada, conocida por visitar hogares como “misionera”, habría repetido este modus operandi en otras viviendas, según denuncias locales.
La Policía Metropolitana de Bucaramanga ya inició las investigaciones para identificar plenamente a la responsable y determinar si existen más víctimas. La Alcaldía también ha solicitado controles más rigurosos sobre quienes realizan visitas religiosas a personas mayores, especialmente aquellas que no pueden asistir a la iglesia por motivos de salud.
Este caso ha encendido el debate sobre el uso de la fe como fachada para cometer delitos. Mientras la comunidad exige justicia, muchos se preguntan cómo alguien que dice llevar la palabra de Dios puede actuar con tanta frialdad y engaño. La confianza, una vez rota, deja heridas difíciles de sanar.