Lo que inició como una historia de amor virtual terminó en una denuncia insólita que ha sacudido las redes sociales. Un joven del barrio Rebolo, en el Atlántico, asegura haber sido víctima de brujería por parte de su exsuegra, quien según su testimonio le ofreció un vaso de agua “rezado con la oración del morrocoyo”, desencadenando una serie de síntomas físicos que aún lo afectan.
El hombre relató que tras una discusión con su pareja, la madre de ella le pidió que se alejara y le ofreció agua antes de que se marchara. Cuatro días después, comenzó a sentir fuertes molestias en el cuello y una postura encorvada que, según él, no tiene explicación médica. “Me hice exámenes y todo salía bien. Me dijeron que era espiritual, que me habían hecho algo para que me pareciera a un morrocoyo”, afirmó.
La historia ha generado reacciones divididas entre quienes creen en prácticas esotéricas y quienes apelan al escepticismo. Aunque no hay pruebas científicas que respalden su versión, el joven insiste en que su vida cambió desde aquel día. Hoy, asegura haber encontrado paz espiritual tras entregar su vida a Dios y formar un nuevo hogar.
Este caso, que mezcla creencias populares, conflicto familiar y salud mental, pone sobre la mesa el impacto que pueden tener las tensiones emocionales y culturales en la vida de una persona. Como medio, mantenemos la presunción y el respeto por todas las versiones, sin emitir juicios, pero sí abriendo el espacio para el análisis y la reflexión.
