El municipio de Balboa, en el Cauca, vivió momentos de terror cuando una moto cargada con explosivos fue detonada frente a una cooperativa de caficultores. La explosión dejó 15 personas heridas, entre ellas una niña de 7 años, y provocó un incendio que consumió gran parte de la bodega donde funcionaban el laboratorio de Almacafé y el Comité de Cafeteros del Cauca. La comunidad quedó golpeada no solo por las pérdidas materiales, sino por el miedo que generó el ataque.
El presidente Gustavo Petro reaccionó al día siguiente y calificó lo ocurrido como “narcoterrorismo”, señalando directamente a las disidencias de las Farc comandadas por Iván Mordisco. Según el mandatario, estos grupos actúan para proteger el negocio del narcotráfico y por eso anunció que ya está lista una acusación contra Mordisco para ser llevada ante la Corte Penal Internacional. Petro también aseguró que ampliará la denuncia contra los jefes de los frentes que operan en el Cauca.
El atentado fue rechazado por la Federación Nacional de Cafeteros, cuyo presidente Germán Bahamón recordó que el ataque no solo afectó la infraestructura del café, sino también a las familias que dependen de este grano para vivir. “El terrorismo no nos intimidará ni frenará el trabajo digno de quienes construyen país desde el campo”, dijo. El líder cafetero pidió al Gobierno y a la Fuerza Pública acciones urgentes para evitar que Colombia retroceda en seguridad y que el Cauca siga siendo escenario de violencia.
