La mañana del 22 de octubre se tiñó de luto: Angie Pahola Tovar Calpa, estudiante de la Universidad Nacional en Medellín, fue hallada muerta tras casi dos meses desaparecida. La joven había sido secuestrada por disidencias de las Farc cuando regresaba a la ciudad. Su paradero era un misterio… hasta hoy.
La universidad confirmó la noticia con un mensaje desgarrador en redes: “Nos duele profundamente”. Angie cursaba el último semestre de Ingeniería Administrativa y soñaba con graduarse este año. Su historia se convirtió en símbolo del miedo que aún enfrentan los jóvenes en Colombia.
“Esto nos recuerda la urgencia de construir un país de paz”, escribió la institución, exigiendo justicia y verdad para la familia. El llamado fue claro: que las autoridades actúen con rapidez y transparencia. El caso de Angie no puede quedar en el olvido ni en el archivo de los desaparecidos.
En redes, el nombre de Angie se volvió tendencia. Usuarios compartieron su foto, su historia y su indignación. “Ella solo quería volver a casa”, escribió un estudiante.