En Garzón, Huila, la visita del presidente Gustavo Petro dejó una escena cargada de emoción. El mandatario entregó las nuevas instalaciones de la ESE María Auxiliadora, un centro de salud que beneficiará a más de 194 mil habitantes del departamento. Al finalizar el acto, la ciudadanía lo despidió con muestras de afecto que rápidamente se convirtieron en noticia por la intensidad del fervor popular.
Desde su llegada, el ambiente fue de fiesta y devoción: seguidores gritaban su nombre, algunos lloraban y otros se empujaban por lograr un saludo o estrecharle la mano. En medio de la multitud, varios padres levantaron a sus hijos para que Petro los tocara, gesto que muchos interpretaron como una bendición y símbolo del respaldo que despierta en las regiones.
El episodio ocurrió en plena temporada decembrina y dejó claro que, más allá de la obra entregada, la visita del presidente se convirtió en un acontecimiento social. La reacción de la gente reflejó tanto gratitud por la nueva infraestructura como la conexión emocional que mantiene Petro con sus seguidores, quienes lo despidieron entre aplausos y lágrimas, reafirmando el impacto de su presencia en el sur del Huila.
