En Algeciras, Huila, la comunidad quedó estremecida tras el asesinato de la joven emprendedora Camila Andrea Camacho Betancourt, ocurrido el pasado 24 de diciembre en una estación de gasolina. Según versiones preliminares, hombres armados llegaron en motocicleta y dispararon contra la joven, quien se encontraba en el lugar. La escena más conmovedora fue la de su padre, que permaneció abrazando el cuerpo de su hija durante más de una hora, negándose a aceptar la despedida.
Las autoridades locales informaron que el caso está bajo investigación y que una de las hipótesis apunta a posibles exigencias extorsivas contra la familia. Sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado de manera oficial el motivo del ataque ni la identidad de los responsables. La Fiscalía y la Policía adelantan las indagaciones correspondientes para esclarecer lo ocurrido y dar con los autores materiales e intelectuales de este crimen que ha generado indignación nacional.
Camila, de 25 años, era reconocida en su municipio por su carácter trabajador y sus sueños de salir adelante. Su partida ha despertado un debate sobre la violencia que golpea a comerciantes y familias en regiones como el Huila, donde la extorsión y el accionar de grupos armados ilegales siguen siendo una amenaza. La comunidad exige justicia y mayor protección, mientras el país recuerda con dolor la imagen de un padre aferrado al último abrazo de su hija.
