Miller David Hernández, apodado el ‘Niño Diabólico’ o ‘Lagrimita’, es un nombre que ha causado temor durante mucho tiempo en Colombia. A sus 22 años, este sicario del Clan del Golfo ha acumulado más de 20 asesinatos en su historial, y su habilidad para eludir la justicia ha dejado a muchos perplejos. Se dice que tiene un pacto con el diablo, ya que, a pesar de ser arrestado en múltiples ocasiones, siempre logra recuperar su libertad.
Nacido en Valledupar, Hernández ha expandido su influencia criminal por el sur del Cesar y el centro del Magdalena, operando en municipios como Aguachica, Curumaní, Pelaya, Tamalameque, Plato y El Banco. También ha extendido sus actividades a Barranquilla y Santa Marta. Su historia está teñida de sangre, muerte y corrupción, dejando un rastro de dolor en las familias de sus víctimas.
Hernández proviene de una familia con un oscuro pasado. Es hijo del único miembro sobreviviente de Los Mendoza, una familia que fue prácticamente exterminada en Caracolí, La Guajira, por sus enemigos, los Durán, durante las guerras familiares de los años 70 y 80. Hoy, el ‘Niño Diabólico’ parece haber heredado ese legado de terror, convirtiéndose en un sicario letal.
Sus hermanas, Elianis Mendoza Hernández, alias ‘La Beba’, y Gisela Andrea Mendoza Hernández, alias ‘La Nena Fina’, también están involucradas en actividades delictivas. ‘La Beba’ opera en Barranquilla y su área metropolitana, mientras que ‘La Nena Fina’ coordina el comercio de drogas y las introduce en cárceles.
A pesar de su extenso prontuario criminal, Hernández ha logrado evadir la justicia en múltiples ocasiones. Desde enfrentamientos con la policía hasta capturas y liberaciones inexplicables, su historia parece sacada de una película de terror.
Información tomada de @JACOBOSOLANOC