La tranquilidad del colegio San Isidoro, en Espinal, Tolima, se nubló cuando tres padres de familia irrumpieron armados con un cuchillo buscando a un estudiante que, según ellos, había tenido problemas con la hija de uno de los agresores. El caos fue total: atacaron por error a otro menor, y cuando finalmente dieron con el que buscaban, lo golpearon y lo amenazaron de muerte frente a decenas de alumnos.
La rápida reacción de docentes y otros padres logró frenar el ataque antes de que pasara a mayores. La Policía llegó al lugar y capturó a dos de los implicados, pero la sorpresa vino después: según denuncias en redes como la cuenta Colombia Oscura, la Fiscalía decidió no imputarles cargos porque “no hubo lesiones graves”. Esta decisión encendió aún más el malestar entre la comunidad educativa y los habitantes del municipio.
El hecho ha puesto sobre la mesa la urgencia de reforzar la seguridad en los colegios y revisar los protocolos de ingreso de adultos a las instituciones. Mientras tanto, padres y estudiantes siguen conmocionados por lo ocurrido, y muchos se preguntan cómo es posible que una agresión de este calibre no tenga consecuencias judiciales. El colegio, por su parte, pidió apoyo institucional para garantizar que algo así no vuelva a repetirse.