El Congreso vivió una jornada decisiva al hundir la reforma tributaria impulsada por el Gobierno. La propuesta, que buscaba recaudar más de 16 billones de pesos para el presupuesto del próximo año, no logró convencer a las comisiones económicas y terminó archivada tras una votación mayoritaria en contra. El resultado dejó en el aire la estrategia fiscal del Ejecutivo y abrió un nuevo capítulo de incertidumbre sobre cómo se cubrirá el déficit.
Uno de los primeros en reaccionar fue Abelardo de la Espriella, aspirante presidencial, quien celebró la decisión asegurando que el país necesita “un respiro tributario” y un Estado más eficiente. En sus declaraciones, cuestionó la gestión del Gobierno y señaló que los colombianos no soportan más cargas impositivas. Además, insistió en que el uso de los recursos públicos debe ser responsable y transparente, sin espacio para lo que calificó como “derroche” y “corrupción”.
La caída de la reforma no solo marca un revés para el Ejecutivo, sino que también se convierte en un tema central del debate político rumbo a las elecciones de 2026. Mientras el Gobierno busca alternativas para sostener sus programas sociales, la oposición aprovecha el momento para reforzar su discurso sobre eficiencia y confianza institucional.
