Un audio que circula entre miembros de la Fuerza Pública encendió las alarmas en Bogotá y otras regiones del país. En la grabación, confirmada por inteligencia militar, se advierte que el ELN tendría en su poder bases de datos internas con información detallada de policías y militares, tanto activos como retirados. Con esos registros, el grupo armado ilegal estaría planeando secuestros y asesinatos en el marco de lo que llaman un “plan pistola”, una ofensiva que ya habría comenzado.
Según el contenido del audio, los criminales no actúan al azar: cuentan con computadores cargados de nombres, cédulas y antecedentes de uniformados, lo que les permitiría identificarlos en retenes ilegales instalados en carreteras. La voz que alerta sobre la amenaza señala a una mujer conocida como ‘Johanna’, quien sería la encargada de custodiar los equipos y manejar la información sensible, un nivel de detalle que solo podría provenir de una fuga interna dentro de las fuerzas.
La advertencia incluso relaciona el asesinato de dos intendentes de la Policía con esta ofensiva, lo que refuerza la percepción de que la amenaza ya se está materializando. Mientras avanzan las investigaciones para establecer cómo llegó esa información a manos del ELN, las autoridades enfrentan un reto mayúsculo: blindar sus instituciones en un escenario donde los datos se han convertido en armas al servicio del crimen.
