En medio de un fuerte debate político, crecieron las críticas al Gobierno de Gustavo Petro por el aumento en los índices de deforestación en el país. Según cifras oficiales, en el último año la tala de bosques subió un 43,3 %, con más de 113 mil hectáreas arrasadas, de las cuales el 65 % corresponden a la Amazonía colombiana. La situación prende alarmas sobre el futuro ambiental de la nación.
De acuerdo con lo denunciado, las principales causas de esta problemática son los cultivos ilícitos y la minería ilegal, actividades que avanzan en regiones de difícil control. Frente a este panorama, sectores políticos han señalado que las Fuerzas Militares y de Policía no cuentan con el apoyo suficiente ni con las herramientas necesarias para enfrentar estas amenazas, especialmente en zonas de frontera.
El señalamiento se suma a la ola de inconformidad de quienes consideran que las políticas ambientales del actual gobierno no están dando resultados. Críticos advierten que, sin una estrategia clara y mayor presencia institucional, Colombia seguirá perdiendo selvas y recursos naturales, lo que impactará directamente en la biodiversidad y en las comunidades que dependen de estos territorios.