La tranquilidad en Pueblorrico, Antioquia, se vio sacudida esta semana luego de que el alcalde Cristian Camilo Zapata denunciara públicamente una amenaza directa del Clan del Golfo. En una carta firmada por ese grupo armado ilegal, también conocido como “Clan de Sierra”, se le declaró “objetivo militar” junto a su secretario de Gobierno, Héctor Rico. El mensaje, que llegó con tono intimidante, cuestiona decisiones recientes de la administración sobre el manejo de personas privadas de la libertad y advierte sobre la suspensión de eventos públicos.
Las autoridades respondieron de inmediato: el coronel Óscar Rico, comandante de la Policía Antioquia, confirmó el refuerzo del esquema de seguridad para proteger al mandatario y su equipo. A pesar del riesgo, Zapata se mantuvo firme y aseguró que no dejará de ejercer sus funciones. Incluso, el municipio logró celebrar el Día del Campesino sin contratiempos, demostrando que la comunidad no se deja amedrentar.
Este episodio refleja la presión que enfrentan los líderes locales en zonas donde grupos ilegales aún buscan imponer su ley. La denuncia del alcalde pone sobre la mesa la urgencia de fortalecer la seguridad en el suroeste antioqueño y de garantizar que las decisiones institucionales no se tomen bajo amenaza. Mientras tanto, la Fiscalía y la Sijín avanzan en la investigación para dar con los responsables de este acto intimidatorio.