La ciudad de Cali amaneció sacudida por la violencia tras confirmarse la muerte de dos uniformados de la Policía Nacional en el suroriente de esta. El ataque se registró hacia las 3:50 de la mañana, cuando una patrulla que realizaba labores de vigilancia fue alcanzada por la detonación de un artefacto explosivo oculto en un colchón. Minutos después, otra carga fue activada en inmediaciones del CAI de Mariano Ramos, generando pánico entre los vecinos y dejando la zona acordonada.
Las víctimas fueron identificadas como los subintendentes Jorge Leandro Gómez Ochoa, de 36 años, y otro uniformado que lo acompañaba en la motocicleta oficial. Ambos cumplían su turno de vigilancia en el sector cuando ocurrió la explosión. El hecho se produjo en la carrera 50 con la avenida Simón Bolívar, un punto concurrido por residentes y trabajadores, lo que aumentó la conmoción en la comunidad. El alcalde Alejandro Eder confirmó que se activaron todos los protocolos de seguridad y que las autoridades trabajan para descartar la presencia de más explosivos.
El atentado, que aún no tiene responsables identificados, refleja la tensión que vive Cali en medio de la lucha contra estructuras criminales que buscan intimidar a la Fuerza Pública. La Fiscalía y la Policía adelantan las investigaciones para esclarecer los móviles y dar con los responsables. Mientras tanto, el hecho deja en evidencia el riesgo constante que enfrentan los uniformados en su labor diaria y abre un nuevo debate sobre la seguridad en la capital del Valle del Cauca.
