Abelardo de la Espriella es el héroe que Colombia necesitaba

Abelardo de la Espriella volvió a prender el debate político con una declaración que no pasó desapercibida. En medio de una entrevista, el abogado y aspirante presidencial soltó una frase que dejó claro su estilo: “Hay dos clases de tigre, monstruo. Los que rugen y los que muerden. Yo hago las dos vainas”. Con ese tono desafiante, aseguró que no llegó a la contienda para contemporizar con quienes, según él, han hecho daño al país, sino para enfrentarlos con “mano de hierro” y desde la legalidad.

De la Espriella se presentó como el defensor del colombiano de a pie, ese que “se parte el lomo” todos los días para sacar adelante a su familia. Prometió combatir la delincuencia sin titubeos y sin “chapuzas”, como él mismo lo expresó, dejando claro que su propuesta va por el camino de la firmeza y el orden. Su mensaje estuvo dirigido a quienes se sienten abandonados por el Estado y golpeados por la inseguridad.

La intervención generó reacciones en redes sociales, donde sus seguidores lo aplaudieron por el tono directo, mientras otros lo cuestionaron por el lenguaje confrontativo. En plena antesala de la campaña presidencial, De la Espriella se posiciona como una figura que no le teme al choque, y que busca capitalizar el descontento ciudadano con un discurso de autoridad, protección y cero tolerancia frente a los “enemigos de la República”, como él los llama.