El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha vuelto a poner los reflectores sobre la campaña presidencial de Gustavo Petro, avanzando en la investigación por presuntas irregularidades en su financiación. La entidad publicó un auto de pruebas que promete mantener a más de uno al borde del asiento.
Todo comenzó el 18 de octubre de 2024, cuando el CNE formuló un pliego de cargos contra el presidente y su entonces gerente de campaña, Ricardo Roa. Entre las acusaciones, se señala que no se reportaron aportes de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) por $500 millones y que hubo un olvido, digamos «conveniente», de registrar pagos por más de $931 millones a testigos electorales. Un descuido que, para muchos, no pasó desapercibido.
Cinco meses después, el CNE decidió que era hora de desempolvar los archivos y seguir adelante con la investigación. Ahora, el auto de pruebas busca esclarecer lo ocurrido durante la primera y segunda vuelta de las elecciones de 2022.
Mientras tanto, en los pasillos de la política, algunos ven esto como un capítulo más de la novela electoral, mientras otros lo consideran un paso necesario para garantizar la transparencia.