En una movida que sacudió los mercados globales y encendió las alarmas diplomáticas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que impondrá un arancel adicional del 100% a todas las importaciones provenientes de China. La medida, que entrará en vigor el 1 de noviembre de 2025, responde a lo que Trump calificó como una “posición extraordinariamente agresiva” del gigante asiático, luego de que Pekín enviara una carta al mundo anunciando controles masivos de exportación sobre prácticamente todos los productos que fabrica.
Trump, a través de su red Truth Social, acusó a China de lanzar una ofensiva comercial sin precedentes, afectando a “todos los países, sin excepción”. En su mensaje, el mandatario aseguró que Estados Unidos no se quedará de brazos cruzados y que este arancel será “por encima de cualquier otro que estén pagando actualmente”. Además, anunció controles propios sobre la exportación de software estratégico, elevando aún más la tensión entre las dos potencias.
La reacción no se hizo esperar: las bolsas estadounidenses sufrieron caídas superiores al 3% en índices como el Dow Jones y el Nasdaq, reflejando el temor de los inversionistas ante una nueva escalada en la guerra comercial. Analistas advierten que esta medida podría tener efectos devastadores en cadenas de suministro globales, especialmente en sectores como tecnología, automotriz y farmacéutico.
Este nuevo capítulo en la confrontación entre Washington y Pekín marca un giro radical en la política comercial de Trump, quien ha retomado con fuerza su retórica proteccionista. Mientras China guarda silencio oficial sobre la carta mencionada, el mundo observa con preocupación cómo dos gigantes económicos se acercan peligrosamente a una confrontación.