El pasado jueves 6 de noviembre, el medio estadounidense The Atlantic reveló que Nicolás Maduro podría estar considerando una salida negociada del poder en Venezuela. Según fuentes cercanas al régimen y a funcionarios de la administración Trump, el mandatario venezolano estaría dispuesto a abandonar el cargo si se le concede amnistía, se retiran las recompensas en su contra y se le garantiza un exilio tranquilo junto a sus principales colaboradores.
El USS Gerald R. Ford, uno de los portaaviones más poderosos del mundo, ya se encuentra en la región, y esta semana dos bombarderos B-52 sobrevolaron la costa venezolana, en lo que sería la cuarta demostración de fuerza en menos de un mes. Aunque Trump no ha mostrado prisa por forzar una confrontación directa, su equipo, incluido el secretario de Estado Marco Rubio, insiste en que el régimen de Maduro opera como una red criminal que facilita el tráfico de drogas y mantiene vínculos con potencias como China y Rusia.
En medio de este panorama, las negociaciones parecen estar sobre la mesa, aunque sin claridad sobre quién asumiría el poder en caso de una transición. Algunos sectores temen que los líderes militares cercanos a Maduro no estén dispuestos a ceder ante la oposición, liderada por María Corina Machado.