Los rostros de los soldados venezolanos lo dicen todo: preocupación, miedo y soledad. Durante un nuevo entrenamiento ordenado por Nicolás Maduro y supervisado por Diosdado Cabello, la Guardia Nacional mostró que no basta con uniformes ni discursos para enfrentar una amenaza real. Se ven tensos, como si supieran que no tienen pueblo que los respalde.
Maduro insiste en preparar a los militares para “defender la patria”, pero lo que se ve en los cuarteles es otra cosa: soldados nerviosos, simulacros vacíos y una puesta en escena que no convence ni a ellos mismos. El entrenamiento parece más un acto político que una estrategia de defensa.
El llamado a entrenamientos masivos forma parte del “Plan Independencia 200”, activado por Maduro en respuesta al supuesto “asedio” de Estados Unidos en el Caribe. Más de 25.000 efectivos fueron desplegados en zonas fronterizas, mientras civiles, comuneros y milicianos recibieron instrucción en 312 unidades militares. El discurso oficial insiste en que “todos deben aprender a disparar”, pero el ambiente en los cuarteles revela más miedo que convicción.