¿Qué significa que Estados Unidos nos haya descertificado?

Significa que el país que más nos compraba productos ahora ya no confía en nosotros.

Y no, no es simbólico.

Es grave.

Es real.

Y es culpa de este gobierno.

Porque sí: es un castigo político a Gustavo Petro.

Pero los castigados somos todos los colombianos. Para el de la tienda, es menos surtido, más caro, más difícil conseguir productos. Para la señora que vende postres, es que los ingredientes le suben, pero nadie le quiere pagar más. Para el que trabaja por encargo, es que hay menos pedidos, menos caja, menos trabajo. Para el del taxi o la moto, es más gente diciendo “hoy no salí”. Para el hotel, el hostal, el restaurante, el guía, el lanchero: menos turistas, menos reservas, menos propina, menos empleo.

Y para todos:

el dólar se puede disparar, los precios se alteran, y la plata alcanza menos. Este gobierno juega a desafiar al mundo. Y el mundo responde.

Pero quienes terminamos pagando la factura somos nosotros: los colombianos que madrugan, que trabajan, que luchan por salir adelante mientras otros improvisan.

Nos están equiparando a Venezuela y a Bolivia.

Colombia, otra vez, está volviendo a ser el paria del mundo. Y no por culpa de su gente, sino por culpa de quien la gobierna.