La reciente entrega del Premio Nobel de Paz a María Corina Machado no solo marcó un hito en la lucha democrática venezolana, sino que también sirvió como plataforma para denunciar la complicidad silenciosa de varios líderes latinoamericanos con el régimen de Nicolás Maduro. Entre ellos, el presidente colombiano Gustavo Petro, quien recibió una contundente indirecta por parte de la galardonada.
En una entrevista posterior al anuncio del Nobel, afirmó que Venezuela está invadida por estructuras criminales, guerrillas y agentes extranjeros, incluyendo cubanos, rusos, iraníes y grupos como Hezbolá y Hamás. “Todos los presidentes de América Latina saben lo que está pasando aquí. No hay excusa”
La frase resonó especialmente en Colombia, donde Petro ha mantenido una postura ambigua frente al régimen venezolano. Aunque el mandatario colombiano emitió una felicitación a Machado, lo hizo de forma tibia y compartida con una activista fallecida, lo que fue interpretado como una evasión del verdadero significado del reconocimiento.
La crítica de Machado no fue aislada. En redes sociales y círculos políticos, su declaración fue vista como una denuncia directa contra los líderes que han preferido guardar silencio ante la represión, el fraude y la presencia de grupos armados en territorio venezolano.
El mensaje fue claro: quienes colaboran o encubren al régimen de Maduro, lo hacen a sabiendas de que están respaldando a una estructura que ha sido señalada por vínculos con el n4rcotráfico, el t3rrorismo y la violaci0n sistemática de derechos humanos.