Nicolás Maduro volvió a sorprender a Venezuela con un anuncio que parece salido de un calendario paralelo: presentó oficialmente su “Plan 2026”, asegurando que las metas de ese año ya están en marcha. Con esta declaración, el mandatario adelantó el futuro como quien adelanta el reloj, decretando un año que aún no ha comenzado.
El decreto ha generado desconcierto y burlas dentro y fuera del país. Para muchos, se trata de una estrategia política para proyectar continuidad y estabilidad, aunque la realidad cotidiana de los venezolanos esté marcada por crisis económica, migración masiva y falta de servicios básicos. La pregunta inevitable es si Maduro intenta blindarse con un discurso futurista para esquivar las críticas del presente.
No es la primera vez que el chavismo juega con el tiempo. En 2007, Hugo Chávez modificó el huso horario del país retrocediéndolo 30 minutos, convirtiendo a Venezuela en el único país del planeta con media hora de diferencia. Ahora, Maduro parece seguir esa tradición de manipular el calendario, pero con un giro aún más surrealista: decretar un año entero por adelantado.
