En una movida que podría redefinir la cooperación internacional contra el crimen organizado, el senador republicano Bernie Moreno, de origen colombiano, solicitó formalmente al secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, que tres estructuras armadas colombianas sean incluidas en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO). Se trata de las disidencias de las FARC lideradas por alias “Calarcá”, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Clan del Golfo), bajo el mando de alias “Chiquito Malo”, y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (Los Pachenca), encabezadas por alias “El Patrón”.
Moreno argumenta que estos grupos “participan activamente en actividades terroristas” y representan una amenaza directa a la seguridad de Estados Unidos, debido a su vinculación con el narcotráfico, el tráfico de armas y los ataques violentos en zonas estratégicas del país. La solicitud fue enviada el 30 de octubre y busca que se impongan sanciones financieras, restricciones migratorias y acciones judiciales contra estas organizaciones, lo que podría debilitar significativamente su capacidad operativa.
La propuesta ha generado reacciones encontradas en Colombia. Mientras sectores ciudadanos celebran la posibilidad de que EE. UU. intervenga con mayor contundencia contra estas estructuras que han sembrado terror en regiones como el Urabá, la Sierra Nevada y el sur del país, otros advierten que esta designación podría entorpecer los procesos de paz que el gobierno colombiano mantiene con algunas de estas facciones.
De concretarse la designación, Estados Unidos podría activar mecanismos de cooperación más agresivos, incluyendo congelamiento de activos, extradiciones y operaciones conjuntas. Para miles de colombianos que han sufrido el impacto de estas organizaciones, la eliminación de sus estructuras sería motivo de alivio y una señal clara de que la comunidad internacional no tolera el terrorismo disfrazado de lucha armada.