Nicolás Maduro habría puesto sobre la mesa una exigencia insólita: conservar una fortuna de 200 millones de dólares en caso de renunciar a la presidencia de Venezuela. Según reveló The Telegraph, el mandatario planteó esta condición durante una llamada telefónica con Donald Trump el pasado 21 de noviembre, en la que se discutió la posibilidad de su dimisión. La conversación, confirmada por ambos líderes días después, marcó un punto de tensión en las relaciones entre Washington y Caracas.
La charla, que duró 15 minutos según Reuters, se desarrolló en un tono cordial pero con demandas claras por parte de Maduro: además de la millonaria suma, pidió amnistía para 100 funcionarios de su régimen y refugio en un país aliado. Mientras Trump habría sugerido opciones como China o Rusia, el venezolano habría propuesto Cuba como destino, aunque también surgió el nombre de Catar, de acuerdo con el New York Post.
El trasfondo de esta negociación revela el temor de Maduro a perder poder sin garantías de protección. En medio de la presión internacional, mencionó a su vicepresidenta Delcy Rodríguez como figura clave en una eventual transición. Estados Unidos, por su parte, insiste en que el mandatario abandone Venezuela lo antes posible. La revelación de esta fortuna y las condiciones exigidas por Maduro no solo exponen la magnitud de la crisis política, sino que abren un debate sobre la legitimidad de negociar la salida de un líder cuestionado con semejantes privilegios.
