Estados Unidos ha desplegado fuerzas especiales en el sur del Caribe, en un movimiento que va más allá de las operaciones antidrogas oficiales, sugiriendo posibles ataques aéreos o incursiones de comandos en territorio venezolano.
Según el periodista Eric Schmitt del New York Times, un contingente de unas 4,500 tropas de elite y una flotilla de ocho buques de guerra indican que el gobierno estadounidense podría estar preparando acciones militares para presionar la salida del presidente Nicolás Maduro, a quien consideran ilegítimo y ligado a grupos narcotraficantes.
La fuerza militar estadounidense busca no solo combatir el tráfico de drogas sino también debilitar el poder de Maduro en Venezuela, un objetivo que ha sido expresado explícitamente por altos funcionarios de la administración Trump.
Maduro, por su parte, ha ordenado ejercicios militares y la movilización de tropas y milicianos para responder a cualquier eventual incursión. La tensión en la región ha alcanzado niveles históricos, con un aumento significativo en la actividad militar y declaraciones que advierten sobre un posible conflicto armado. Además de la presencia naval, los ejercicios militares venezolanos como la Operación Caribe Soberano 200 y la formación de milicias civiles apuntan a fortalecer la defensa ante lo que consideran una agresión extranjera.