En medio de crecientes tensiones en la región, la presencia militar de Estados Unidos en el mar Caribe ha generado especulaciones sobre una posible intervención en Venezuela. Aunque algunos sectores esperaban una acción inmediata, fuentes cercanas aseguran que se trata de una preparación estratégica cuidadosamente planificada por el presidente Donald Trump, con el objetivo de enfrentar al denominado Cartel de los Soles, señalado de liderar operaciones de narcotráfico en la zona.
Durante los últimos días, fuerzas estadounidenses han logrado interceptar y derrotar embarcaciones cargadas con drogas en aguas del Caribe, lo que refuerza la narrativa de que la operación está dirigida contra las redes criminales vinculadas al régimen venezolano. Mientras tanto, Nicolás Maduro ha respondido con amenazas y ha ordenado la preparación de las fuerzas armadas, las milicias y la Guardia Nacional, en un intento por mostrar resistencia ante la presión internacional.
La operación, que ya movilizó a más de 500 efectivos estadounidenses hacia el Caribe, se desarrolla bajo un clima de incertidumbre. Aunque no se ha confirmado un ataque directo contra Venezuela, el despliegue militar representa una advertencia clara y un mensaje de fuerza. Analistas señalan que se trata de una “guerra silenciosa”, en la que cada día se invierten recursos significativos y se intensifica la tensión política y económica en la región.
Con el paso de los días, la expectativa crece tanto dentro como fuera de Venezuela. Mientras algunos consideran que Estados Unidos no dará el paso definitivo hacia una intervención, otros sostienen que la estrategia apunta a debilitar progresivamente al Cartel de los Soles y a presionar al gobierno de Maduro, en un escenario que podría redefinir el equilibrio de poder en América Latina.
