Diosdado Cabello volvió a encender las alarmas en la región con unas declaraciones que sonaron más a advertencia militar que a discurso institucional. Durante un acto transmitido en Caracas, aseguró que Venezuela respondería si Trinidad y Tobago permite que su territorio sea usado “contra el chavismo”. La frase, lanzada con tono desafiante, generó preocupación en el Caribe y abrió un nuevo capítulo de tensión diplomática.
El episodio ocurrió justo cuando el país enfrenta presiones externas y una crisis interna marcada por la caída de la producción petrolera y el despliegue naval de Estados Unidos en aguas cercanas. Cabello, considerado uno de los hombres fuertes del oficialismo, insistió en que no buscan conflictos, pero que “no les dejan alternativa” si se presta suelo extranjero para un ataque. Hasta ahora, no hay pruebas que respalden sus señalamientos, y las autoridades de Trinidad y Tobago no han emitido respuesta oficial.
La razón detrás de estas palabras parece estar ligada al complejo escenario político y económico que atraviesa Venezuela. Con un régimen cuestionado y bajo sanciones internacionales, las advertencias de Cabello se interpretan como un intento de mostrar fuerza hacia afuera mientras se lidia con la presión interna.
