En una de sus más recientes alocuciones, el dirigente chavista Diosdado Cabello lanzó una advertencia directa y polémica contra los ciudadanos venezolanos que han manifestado públicamente su apoyo a una posible intervención militar de Estados Unidos en Venezuela. “Todos sabemos quiénes pidieron la invasión”, afirmó con tono desafiante, asegurando que tiene “fichados” a quienes, según él, ruegan por la entrada de tropas extranjeras al país.
Cabello, considerado el segundo al mando del régimen de Nicolás Maduro, aseguró que la verdadera guerra se dará en territorio venezolano, sin intervención de terceros, y que quienes promueven la injerencia extranjera “después salen llorando”. Las declaraciones se dieron en medio de una escalada de tensiones entre Caracas y Washington, marcada por el despliegue militar estadounidense en el Caribe y las denuncias del chavismo sobre supuestos planes de atentado contra la embajada de EE.UU. en Caracas.
El discurso de Cabello se suma a una narrativa oficial que acusa a sectores de la oposición de promover escenarios violentos y conspiraciones internacionales. En ese contexto, el dirigente también respaldó la militarización de zonas costeras y el inicio de la “Operación Independencia 200”, un despliegue de fuerzas que busca “defender la soberanía” frente a lo que califican como agresiones encubiertas del “imperio”.
Estas declaraciones han generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y sectores opositores, que denuncian un ambiente de persecución política y criminalización del disenso. Mientras tanto, el país sigue sumido en una crisis institucional, con una oposición fragmentada, una economía golpeada y una ciudadanía cada vez más polarizada entre el miedo y la esperanza de un cambio.