En la Fiscalía General de la Nación estalló un escándalo que parece sacado de una novela. Decenas de funcionarios entregaron sus ahorros a un supuesto proyecto llamado Gesara Nesara, convencidos de que harían parte de un sistema financiero “cuántico” respaldado por Donald Trump. La promesa era irresistible: millones en retornos, lingotes de oro, bonos en Zimbabue y hasta la nacionalidad americana. Lo que pocos imaginaron es que detrás de la trama estaba una compañera de trabajo, la exfiscal Jenny Andrea Rincón.
La periodista Salud Hernández-Mora reveló que Rincón, quien había ascendido rápidamente dentro de la entidad, fue señalada como una de las cabezas de la red. Junto a otros nombres, ofrecía contratos en inglés con supuestas firmas en Washington y depósitos en Wells Fargo, que daban apariencia de legalidad. Los funcionarios, escoltas y ciudadanos que cayeron en la trampa firmaron documentos, entregaron copias de sus pasaportes y esperaron pacientemente los pagos que nunca llegaron.
El caso salió a la luz en octubre de 2024, cuando Rincón renunció y la Fiscalía abrió una investigación por corrupción. Mientras tanto, el proyecto sigue operando en Bogotá y Cundinamarca, atrayendo a más incautos con discursos sobre “reseteo económico mundial”. Las víctimas esperan que la justicia avance para frenar lo que ya se conoce como una de las estafas más insólitas dentro del propio ente investigador.
