El general retirado de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino, fue capturado tras la condena de la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, que lo sentenció a siete años de prisión por el delito de tráfico de influencias de servidor público. Según el fallo, Palomino habría intentado persuadir a una fiscal para evitar la captura del empresario Gonzalo Gallo en 2014, hecho que derivó en el proceso judicial en su contra.
Fuentes oficiales confirmaron que el exoficial se encuentra actualmente en las instalaciones del búnker de la Fiscalía General de la Nación, donde se adelantan los trámites correspondientes para su reclusión. La decisión marca un nuevo capítulo en la historia de uno de los altos mandos más reconocidos de la institución policial, ahora señalado por haber utilizado su poder para favorecer intereses particulares.
El caso ha generado amplio impacto en la opinión pública, pues Palomino fue en su momento director de la Policía Nacional y figura de alto perfil en temas de seguridad. La condena y posterior captura ponen de relieve la presión institucional por combatir la corrupción y enviar un mensaje de que ningún rango o trayectoria está por encima de la ley.
Aunque la sentencia es firme, el proceso aún abre debate sobre la responsabilidad de los altos mandos en el uso indebido de su influencia y el alcance de las decisiones judiciales en casos que involucran figuras públicas. La captura de Palomino se convierte en un símbolo de la lucha contra la corrupción en Colombia, con repercusiones políticas y sociales que seguirán siendo analizadas en los próximos días.
