Una nueva revelación sacude al ministro del Interior, Armando Benedetti, tras conocerse que el millonario préstamo de $3.600 millones que recibió del contratista Euclides Torres no está a su nombre, sino al de su esposa, Adelina Guerrero. El dato fue expuesto por el abogado Camilo Enciso, director del Instituto Anticorrupción, en una investigación difundida por el periodista Daniel Coronell.
El préstamo, que Benedetti reconoció ante la Corte Suprema hace más de cuatro años, fue destinado a la compra de una lujosa propiedad en Pradomar, Atlántico. En su momento, el hoy ministro admitió la transacción, pero no se había revelado que la titular de la deuda era su pareja, lo que añade una nueva capa de complejidad al caso.
La controversia se reaviva en medio de cuestionamientos sobre la transparencia del funcionario, quien insiste en que no ha ocultado información y que todo está consignado en sus declaraciones de renta. Además, asegura que el proceso está bajo la lupa de la Corte Suprema de Justicia, que continúa con las investigaciones.
Este giro en la historia plantea interrogantes sobre el origen de los recursos, el papel de Euclides Torres recurrente en escándalos de contratación estatal y la legalidad del manejo patrimonial del ministro.