El ministro del Interior, Armando Benedetti, volvió a quedar en el ojo del huracán tras las versiones que aseguran que agencias de Estados Unidos evaluarían una orden de captura en su contra. Lejos de tomarse en serio las advertencias, respondió entre risas e insultos, tachando de “payaso viejo” a un periodista que lo alertó sobre una supuesta vigilancia internacional.
Las revelaciones indican que investigaciones desde territorio estadounidense tendrían la lupa puesta en movimientos ocurridos en Barranquilla, donde se habrían manipulado cambios en la Policía para favorecer intereses particulares.
El episodio escaló cuando Benedetti arremetió verbalmente contra Lombana tras el operativo en su residencia, aunque luego intentó retractarse por presión de la Corte Suprema.
A la tormenta se sumó una denuncia por el uso de un lujoso apartamento en el norte de Bogotá, donde Benedetti habría vivido y sostenido reuniones políticas pagadas en efectivo. Facturas, alquileres múltiples y gastos sin rastro bancario alimentan las dudas sobre su patrimonio, justo cuando el ministro afirma estar “quebrado” y sin bienes claros.
