Después de décadas moviéndose en las sombras, Diego Marín Buitrago, conocido como Papá Pitufo, reapareció en una audiencia virtual desde Portugal, donde fue acusado por la Fiscalía de concierto para delinquir agravado y cohecho. Durante años, este hombre presuntamente habría manejado a su antojo el contrabando en Colombia, sobornando a funcionarios y miembros de la Policía Fiscal y Aduanera para garantizar la entrada y circulación de mercancía ilegal en el país.
Aunque el proceso avanza, Marín Buitrago sigue en libertad en territorio portugués, luego de que un tribunal de ese país determinara que se excedió el tiempo máximo de detención preventiva antes de aprobar su extradición. Según la Fiscalía, entre 2023 y 2024 el acusado habría fijado pagos mensuales de millones de pesos para patrulleros y oficiales, además de entregar vehículos y hasta apartamentos a uniformados que colaboraban con su red.
El expediente revela un entramado de corrupción que incluye grabaciones, nóminas paralelas y lujosos regalos para evitar operativos. Desde relojes espías hasta bolsas llenas de dinero en efectivo, las pruebas muestran cómo Papá Pitufo compraba su impunidad y mantenía a la policía a sueldo.
