El Real Madrid se quedó con El Clásico de LaLiga tras vencer 2-1 al Barcelona, en un partido lleno de polémicas, penaltis anulados y tensión dentro y fuera del campo. Los merengues consolidaron su liderato con cinco puntos de ventaja, pero lo que más dio de qué hablar no fue solo el resultado, sino la venganza de los blancos contra Lamine Yamal.
Desde la previa, el joven jugador del Barça había encendido el ambiente con una frase que no cayó nada bien en Madrid: “roban y se quejan”. Aquellas palabras le salieron caras, porque durante los 90 minutos fue completamente bloqueado y, al finalizar el encuentro, los jugadores del Real fueron directo a “cobrarle” por hablador, en medio de empujones y reclamos.
El partido fue una auténtica montaña rusa: Mbappé y Bellingham comandaron la victoria blanca, mientras Fermín marcó el único tanto culé. Hubo penaltis atajados, goles anulados y una expulsión de Pedri sobre la hora que desató la furia en ambos banquillos, con Vinícius y Mbappé encarando a los suplentes del Barça.
Con este triunfo, el Real Madrid se consolida como amo y señor de LaLiga, mientras el Barcelona se hunde en las críticas internas. Pero lo que todos comentan hoy no es solo el marcador, sino el mensaje que quedó claro en el Bernabéu: “al Madrid no se le provoca, se le respeta”.