El fútbol argentino atraviesa una tormenta que amenaza con convertirse en un terremoto mundial. La Justicia del país ha puesto bajo la lupa a la dirigencia de la AFA, con allanamientos y acusaciones de lavado de dinero que salpican directamente al presidente Claudio “Chiqui” Tapia. El caso ha encendido las alarmas en la FIFA, que observa con atención la posible intervención política en la federación.
La situación es tan grave que se habla de una sanción que podría dejar a la Selección Argentina fuera del Mundial 2026. La vigente campeona del mundo, con Lionel Messi como figura, corre el riesgo de ser desafiliada si el máximo ente del fútbol aplica su reglamento contra la injerencia estatal.
Los operativos judiciales han alcanzado clubes, oficinas y propiedades vinculadas a dirigentes, generando un clima de incertidumbre que trasciende lo deportivo. La sospecha de enriquecimiento ilícito y el uso de testaferros han puesto a la dirigencia en el ojo del huracán, mientras los hinchas se preguntan si este escándalo puede costarles la Copa del Mundo.
En medio de la crisis, la Selección campeona del mundo intenta mantener la calma, aunque el ambiente es cada vez más tenso. Lionel Scaloni duda sobre disputar partidos internacionales en los próximos meses, reflejando la tensión que rodea al equipo. El fantasma de un Mundial sin Argentina y sin Messi se instala como la pesadilla más grande que el fútbol podría vivir.
