La eliminación de Atlético Nacional en la Copa BetPlay no solo dejó un vacío deportivo, también destapó un fenómeno recurrente en el fútbol colombiano: la necesidad de justificar el fracaso con argumentos que no tienen un mínimo de lógica. Decir que la Copa Colombia es más importante que la Liga es un intento desesperado de maquillar la verguenza.
La Liga BetPlay es el torneo que define la grandeza, el que entrega estrellas y el que conecta a los clubes con la Copa Libertadores. Es el campeonato que llena estadios y marca la historia real de las instituciones. Pretender que un torneo secundario, aunque oficial, valioso y todo lo que quieran, pueda superar ese nivel de prestigio es desconocer la esencia misma del fútbol profesional en Colombia.
La Copa Colombia tiene su mérito: ofrece competencia, da oportunidad a equipos de menor visibilidad y suma un título a las vitrinas. Pero nunca ha tenido el peso simbólico ni deportivo de la Liga. Los hinchas lo saben, los jugadores lo saben y los dirigentes también. Por eso, insistir en ese cuento tras una eliminación suena más a consuelo que a otra cosa.
En el fondo, lo que se evidencia es el dolor de una hinchada que esperaba más y que ahora busca refugio en discursos que no convencen. Nacional, como club grande, debe medirse por su desempeño en la Liga, porque es allí donde se construye la verdadera historia. La Copa puede adornar, pero jamás reemplazar el torneo madre del fútbol colombiano.
