La final de la Liga BetPlay no solo se juega en la cancha, también en el orgullo de las hinchadas. Los seguidores de Atlético Nacional, eliminados hace semanas, viven con un deseo oculto: que Junior tropiece en el último escalón. Sin embargo, la realidad es que el cuadro barranquillero llega con una ventaja de 3-0 y parece tener la estrella número 11 prácticamente en sus manos.
En redes sociales, los hinchas verdolagas no esconden su ardor. Les duele ver cómo uno de sus clásicos rivales acaricia la gloria mientras ellos quedaron fuera de la fiesta. Los memes y burlas se multiplican, recordando que Nacional ya no tiene nada que celebrar y que su única esperanza es ver a Junior fracasar.
El problema es que ese “sueño” parece más una ilusión que una posibilidad. Tolima necesita una remontada histórica para igualar la serie, mientras Junior solo debe resistir noventa minutos. La hinchada verdolaga sabe que es casi imposible, y por eso la rabia se convierte en combustible para burlarse y desear lo improbable.
Así, la final no solo enfrenta a dos equipos, sino a dos emociones: la ilusión de Junior por coronarse y la frustración de Nacional por ver cómo su rival directo se acerca a la gloria.
