Hace más de cinco años, Jesús Ayala le pidió a la Virgen de Caacupé que intercediera por la salud de su abuela, quien había sido diagnosticada con cáncer de mama. En ese momento de incertidumbre, el joven prometió dejarse crecer el cabello y entregarlo en el santuario si ella lograba superar la enfermedad. Esa promesa se convirtió en un símbolo de fe y esperanza para toda la familia.
El esperado día llegó recientemente, cuando Ayala y su abuela viajaron juntos hasta la Basílica. Allí, en medio de un ambiente cargado de emoción, gratitud y lágrimas, la mujer fue la encargada de cortar la larga melena de su nieto, cumpliendo así el pacto que él había hecho años atrás. La escena quedó registrada en un video que rápidamente se volvió viral por la fuerza de su mensaje.
Para Jesús, este momento no solo representa el cumplimiento de una promesa, sino también la celebración de lo que él mismo llamó “un milagro”. La recuperación de su abuela y el acto simbólico de entregar su cabello se convirtieron en un testimonio de fe y amor familiar, recordando que detrás de cada historia de lucha contra el cáncer hay gestos que trascienden y conmueven a toda una comunidad.
