Un incendio provocado por una fuga de gas puso en riesgo las instalaciones de Pollos, pero la rápida reacción de dos jóvenes trabajadores evitó una tragedia mayor. Gracias a su conocimiento en manejo de extintores y protocolos básicos de emergencia, lograron controlar las llamas antes de que se propagaran. El hecho, que ocurrió recientemente, ha sido destacado por la comunidad como ejemplo de responsabilidad y preparación.
Este incidente pone sobre la mesa una verdad que muchas veces se subestima: la capacitación del personal no es un lujo, es una necesidad. Saber cómo actuar ante una emergencia puede marcar la diferencia entre salvar vidas o lamentar pérdidas. Tener extintores cargados, señalización visible y simulacros periódicos no solo protege a los empleados, sino que fortalece la cultura de seguridad en la empresa.
Además de la reacción técnica, lo que sorprendió fue la serenidad con la que los jóvenes enfrentaron la situación. Su actitud demuestra que cuando el conocimiento se combina con compromiso, el resultado es una respuesta efectiva y humana. En tiempos donde los riesgos operativos pueden surgir en cualquier momento, invertir en formación es invertir en prevención.