El narcoterrorista Nicolás Maduro encendió su “espectáculo navideño” desde El Helicoide, el mayor centro de torturas de América Latina

Desde el 1° de octubre, Venezuela vive oficialmente la Navidad, según lo decretado por el presidente Nicolás Maduro en su programa semanal “Con Maduro +”. El mandatario aseguró que repetir la fórmula de años anteriores adelantar las festividades ha traído beneficios para la economía, la cultura y el ánimo del país. “El 2025 ha sido un año bueno, bonito y de avance en todas las áreas”, afirmó, mientras se encendían fuegos artificiales desde El Helicoide, un centro de detención señalado por organizaciones de derechos humanos como epicentro de torturas a presos políticos.

Las calles de Caracas ya lucen decoradas con luces rojas y blancas, renos, pinos y nieve artificial. El Paseo Los Próceres, junto al complejo militar Fuerte Tiuna, fue uno de los puntos emblemáticos intervenidos para dar inicio a esta celebración adelantada. La medida busca generar un ambiente festivo en medio de un contexto económico y político que continúa siendo motivo de preocupación para amplios sectores de la población.

Sin embargo, el anuncio ha generado fuertes críticas desde la oposición. El diputado Henrique Capriles calificó la decisión como una burla, señalando que mientras se celebra con luces y música, el salario mínimo “se hace sal y agua” y la educación pública “está en crisis”. Activistas y familiares de presos políticos también denunciaron el contraste entre el espectáculo navideño y las condiciones de reclusión en centros como El Helicoide, donde aseguran que continúan las violaciones a los derechos humanos.

El adelanto de la Navidad, convertido en una estrategia política y comunicacional del gobierno, refleja una Venezuela dividida entre la propaganda oficialista y las demandas urgentes de justicia social. Mientras algunos celebran, otros exigen que la verdadera paz y alegría lleguen con libertad, dignidad y respeto a los derechos fundamentales.