Un insólito momento se vivió en medio de un entierro cuando un repartidor de flores, que llegaba a entregar un encargo de última hora, terminó cayendo accidentalmente en la hueco donde sería enterrado el difunto. El hecho, que ocurrió mientras familiares y amigos despedían al ser querido, fue captado por algunos asistentes que no sabían si llorar o reír ante la escena.
Según testigos, el domiciliario llegó apurado, con el ramo en alto, buscando a quién entregarlo. En medio de la confusión y el silencio solemne del acto, no se percató de la ubicación del hueco y cayó dentro de el, justo al lado del ataúd. El impacto generó un grito colectivo, seguido de un incómodo silencio y luego algunas risas nerviosas.
El repartidor no sufrió heridas graves, aunque sí un buen susto y una dosis de vergüenza. Fue ayudado a salir por asistentes y personal de la funeraria, mientras el ramo, que milagrosamente sobrevivió intacto, fue colocado finalmente sobre el ataúd.