El líder religioso Phillip Phaneuf, de 51 años, sorprendió a su comunidad en la North Chili United Methodist Church, en Nueva York, al anunciar públicamente su transición de género. En medio de un servicio dominical, el líder religioso reveló que a partir de ahora se identificará como Phillipa y expresó con firmeza: “Estoy dejando de fingir que soy un hombre”. Sus palabras marcaron un antes y un después en la vida de la congregación.
El anuncio ocurrió hace pocos días y generó un fuerte impacto entre los feligreses, quienes escucharon también que Phillipa lleva tres meses en terapia hormonal y que se reconoce como una persona asexual. La revelación, cargada de honestidad y valentía, dejó a muchos asistentes en silencio y a otros visiblemente conmovidos, pues no es común que un líder espiritual comparta una decisión tan personal.
La noticia se ha difundido rápidamente en redes sociales y medios locales, despertando reacciones diversas: algunos aplauden la sinceridad y el ejemplo de autenticidad, mientras otros cuestionan el papel de la iglesia frente a estos cambios. Lo cierto es que la historia de Phillipa abre un debate actual sobre identidad, fe y aceptación, mostrando cómo incluso en espacios tradicionales se empiezan a dar pasos hacia la inclusión y el respeto por las decisiones individuales.
