Para muchos colombianos, enero se percibe como el mes más largo del año debido a diversos factores económicos, sociales y culturales. El impacto económico de las festividades de diciembre, con gastos significativos en regalos, comidas y viajes, deja a muchas familias con presupuestos ajustados al comenzar el nuevo año, lo que puede hacer que enero se sienta interminable mientras se espera el próximo salario.

El regreso a la rutina después de las vacaciones también contribuye a esta sensación. Tras un periodo de descanso y celebración, volver al trabajo y a las responsabilidades diarias puede resultar abrumador, haciendo que los días parezcan más largos y monótonos. Además, la presión de cumplir con las resoluciones de año nuevo puede generar una sensación de expectativa y estrés, prolongando aún más la percepción del tiempo.

Culturalmente, enero es visto como un mes de nuevos comienzos y metas. Este esfuerzo por cumplir objetivos personales y profesionales puede hacer que el tiempo se perciba de manera más lenta, ya que las personas intentan adaptarse a nuevos hábitos y desafíos.
Sin duda alguna, la combinación de estos factores hace que enero sea visto como el mes más largo del año para muchos colombianos.