En la costa colombiana, hay un fenómeno curioso que afecta a muchos: basta con mencionar la palabra «piojos» para que la cabeza comience a picar.
Pero, ¿por qué sucede esto? Aunque parezca una broma, hay una explicación científica detrás de este fenómeno.
Cuando las personas escuchan hablar de piojos, el cerebro entra en modo de alerta. La simple mención de estos pequeños invasores activa una respuesta psicológica conocida como «sugestión». Es decir, el cerebro empieza a imaginar la sensación de tener piojos, lo que provoca que sintamos picazón en el cuero cabelludo. Es como si la mente jugara una broma pesada con las personas.
Además, la picazón puede ser una respuesta fisiológica. Al hablar de piojos, el cuerpo puede liberar histaminas, sustancias químicas que causan picazón. Es una reacción similar a la que ocurre cuando se presenta una alergia.
En la costa colombiana, donde el calor y la humedad son el pan de cada día, la picazón puede ser aún más intensa. El sudor y el ambiente cálido pueden hacer que el cuero cabelludo sea más sensible, aumentando la sensación de picazón.
Así que la próxima vez que alguien mencione piojos y sienta que su cabeza empieza a picar, recuerde que no estás solo. Es solo el cerebro y el cuerpo jugando una pequeña broma.