El ministro del Interior, Armando Benedetti, aseguró que Colombia atraviesa una crisis institucional provocada por una oposición que, según él, actúa como aliada de Estados Unidos y celebra los insultos del presidente Donald Trump contra Gustavo Petro. “Este país se jodió”, escribió Benedetti, denunciando que las cortes legislan como oposición, que hay censura al presidente, y que los “patriotas” parecen más comprometidos con los intereses estadounidenses que con los derechos humanos o el derecho internacional.
Benedetti sostiene que el origen de esta confrontación es claro: Petro no gobernó para los ricos ni para la clase dirigente, sino para el pueblo. En su defensa del mandatario, el ministro afirma que el rechazo de Trump se debe a que el gobierno colombiano ha priorizado a los sectores populares, rompiendo con los privilegios históricos de las élites. Sin embargo, esta narrativa choca con la realidad de miles de ciudadanos que hoy enfrentan graves fallas en el sistema de salud, precisamente uno de los pilares que Petro prometió transformar.
Mientras Benedetti denuncia una “confabulación política” contra el Estado y acusa a la oposición de pedir intervención extranjera, la ciudadanía lidia con hospitales colapsados, demoras en tratamientos y falta de medicamentos. La paradoja es evidente: el gobierno que dice gobernar para los pobres no logra responder a sus necesidades más básicas.