Nigeria encendió las alertas diplomáticas tras las declaraciones de Donald Trump, quien acusó al país africano de permitir el asesinato masivo de cristianos y advirtió una posible intervención militar. El gobierno de Bola Tinubu respondió calificando esto como una estrategia orquestada desde Washington para desprestigiar al país.
Las autoridades nigerianas aseguran que ya refuerzan la seguridad interna y que no aceptarán presiones externas. Portavoces del gobierno afirman que Estados Unidos estaría utilizando la crisis religiosa como excusa para intervenir políticamente, luego de que Nigeria expresara apoyo a Palestina en la guerra de Gaza.
Pese a la tensión, el presidente Tinubu envió un mensaje a sus fuerzas militares ordenando resultados inmediatos frente a la violencia interna. “Nada de excusas, los nigerianos exigen resultados”, dijo, insistiendo en que el país puede enfrentar sus problemas sin ayuda extranjera.
Cercanos al gobierno anticipan un eventual encuentro entre Tinubu y Trump para calmar la situación, aunque el expresidente estadounidense insiste en que “miles de cristianos están siendo asesinados” sin pruebas claras, según denuncian medios internacionales.