El presidente Gustavo Petro ha vuelto a enfrentarse a Donald Trump solo tres días después de que, según el mandatario colombiano, Estados Unidos le quitara la visa. En un consejo de ministros, Petro no se guardó nada y se fue de frente contra el expresidente gringo, pidiéndole nuevamente al Ejército estadounidense que no lo obedezca.
Petro acusó a Donald Trump de ser «cómplice de un genocidio» y dijo que, por eso, «no merece más sino la cárcel». Con este mensaje, el presidente colombiano sigue desafiando la política exterior de Estados Unidos. El mandatario también aprovechó para hablar del fentanilo, un problema que, según él, afecta directamente a EE. UU., y aseguró que los verdaderos capos del narcotráfico viven en Estados Unidos y no en Colombia.
El discurso de Petro ocurre en un momento de tensión diplomática y es un claro intento de reafirmar su soberanía y la de Colombia frente a las potencias mundiales. Al mismo tiempo, el mandatario busca consolidar su base de apoyo, al pintar a su gobierno como una fuerza que no se arrodilla ante nadie.